Dm                                                 A 
Viajando para Entre Ríos, de esto ya hace muchos años,

Me contaron una historia que jamás pude olvidar.
Dm                                              A 
Que da vueltas por mi mente, que me tiene preocupado

y ojalá que en estos versos, yo se los pueda contar.
Dm 
Me hablaron de un hombre bueno, de un señor adinerado,
               A 
Empresario de alto rango y de mucha honestidad,
               Dm 
que vivía en cantry privado en casa de varios pisos
     A 
y se codeaba con gente de la alta sociedad.
                 Dm 
Tenía un hijo pequeño, que era de nombre Alfredito
            A 
Una mujer linda y buena, muy coqueta y muy cordial,
          Dm 
Vivía con él su padre, del cual él había heredado,
       A 
Buen nombre, buen apellido y parte del capital.
Dm 
Todo era páz y armonía, un ejemplo de familia
        A 
Y hasta los mismos vecinos los solían envidiar,
          Dm 
Y en el parque de la casa se veía habitualmente
                         A 
Al abuelo con el nieto, dele jugar y jugar.
Dm 
Pero el tiempo que no para, y que muestra a las personas
A 
mostraron que el hombre bueno cambio el modo de pensar,
Dm                                                    Am 
Y en la mesa de su casa comentaba diariamente, que su padre,

entrado en años les empezaba a molestar.

Dm                                                   A 
Que está muy envejecido, que anda arrastrando los pieces

Que a la hora de sentarse elige el mejor sillón,
Dm 
Que hay que cocinarle aparte prepararle los remedios
A 
Y que cuando llega gente, quiere llamar la atención.
Dm 
Hay que llevarlo al asilo, estará bien atendido,
A 
Y la gente que allí trabaja, tiene mucha seriedad
Dm 
Alfredito que escuchaba pensaba pa sus adentros
                  A 
Me quedaré sin abuelo, que ingrata es la sociedad.
Em                          Dm 
Llegó el día de la mudanza, y en una chata importada
                     A                      Gm  
A las pilchas de su padre junto a su mujer cargó,
            Dm 
Pero al revisar las cosas por si algo le faltaba,
   A 
Se dio cuenta que en la pieza, la frazada se olvidó.
Dm 
Alfredito andá corriendo, y tráele la frazada
        A 
Que es útil, y necesaria pa la gente de su edad,
                Dm 
Y Alfredito lagrimeando, fue a cumplir con el mandado
                      A 
Pero en sus pequeñas manos, solo trajo la mitad.
                             Dm 
Decime por qué rompiste la frazada del abuelo!!!
                              A 
A esas cosas en la vida siempre las castiga Dios!,
                                     Dm 
NO papito! No la he roto!, solo la partí en el medio
                                                 A 
La otra mitad la he dejado, pa cuando te lleve a vos!